En Marcelle viven las dos hembras (Mimo y Mami) separadas del macho Chicho debido a una incompatibilidad social de éste con Mimo. Pueden pasarse los días juntos a través de la valla, pero en el momento que se juntan él no puede soportar su presencia y la agrede. El manejo al que han sido sometidos en el pasado ha tenido unas consecuencias en sus caracteres y patologías individuales. En el caso de Mimo, se la bautizó con este nombre porque al llegar manifestaba un absoluto rechazo al acercamiento a los humanos y claros signos de stress ante el manejo de cualquier tipo de cuerda y/o palo. Al cabo del tiempo descubrió que las manos humanas, a través de la valla, pueden también hacer cosquillas y mimos, hasta convertirse en dependiente de esos pequeños vicios. Mami ha tenido una hija en el centro que posteriormente fue trasladada a otro parque para evitar la consanguinidad, de ahí su nombre. En el caso de Chicho se debe a su comportamiento juguetón respecto a las hembras.