Avestruz - Taqui
(Struthio camelus)
Características
Clase: Aves
Orden: Struthioniformes
Familia: Struthionidae
Peso: Entre 175 y 200 Kg
EVM: 40 años
Envergadura alas: En torno a 2 m
Velocidad carrera: 70 km/h
Alimentación: Herbívoro.
Hábitat: Zonas áridas y semiáridas.
Distribución: África, aunque anteriormente también habitaban Oriente Medio.


Descripción
UN AVE DE PRODUCCIÓN SALVAJE
Una de las cinco especies de ratites que existen distribuidas en el mundo. Se trata de la de mayor tamaño pues puede llegar a pesar 180 kg y medir 3 metros de altura. Lo que ha supuesto una caza descontrolada para su producción que ha llegado a ocasionar la extinción en algunos países, donde ahora se ha llevado a cabo la reintroducción para revertir el daño producido.
De 1990 al año 2000 se abrieron tan solo en España un total de 1000 granjas. Hoy en día, 20 años después, el comercio de sus subproductos ha ido disminuyendo y quedan en torno a las 200-250 granjas con un censo aproximado de 10.000-12.000 animales.
En este caso se trata del avestruz de patas rojas y su estado de conservación en vida salvaje no está en riesgo. Sin embargo, la avestruz de patas azules se encuentra en estado vulnerable, la Avestruz Somalí.
El color rojo del pico y las patas se intensifica en la época de celo de forma que los machos, de mayor colorido, sean elegidos por las hembras para la cópula.
En Marcelle
Marcelle antiguamente era una granja de avestruces y el macho que se aloja en el parque procede de dicha granja. Su nombre es Eustaquio aunque ordialmente lo llamamos Taqui. La razón de su nombre es que cuando le interesa, hace como que no nos oye, por ejemplo cuando está lloviendo y le llamamos para resguardarse en el refugio, él prefiere mojarse.
Tienen un cerebro bastante reducido por lo que los procesos mentales que es capaz de realizar no son tan complejos como en otras especies. En el caso de Taqui, tiene una lesión en una de sus patas debido a que anteriormente convivía con las cebras y tuvieron un encontronazo que derivó en una lesión crónica que le produce una cojera. En invierno es más evidente debido a la artrosis que le genera y eso implica que le queramos guardar cuando las temperaturas son bajas, sin embargo él se hace el sordo en esos momentos.